Varios operarios se afanan en el despliegue de unas vallas metálicas opacas mientras otros hacen mediciones con el ruido de fondo de una excavadora. La maquinaria pesada ha vuelto a Madrid Río. Esta vez, no se trata de nada relacionado con la M-30: son las obras de ampliación de la línea 11 (L11) de metro, que como en el barrio de Comillas (Carabanchel) también han empezado a dibujarse en la ribera del Manzanares.
Hace pocos días que los trabajadores de la UTE que desarrolla la obra (formada por Dragados, Acciona y Rover Alcisa) llegaron al entorno del paseo de Yeserías, casi en su confluencia con Santa María de la Cabeza, pero las jornadas les han cundido mucho. Ya hay movimiento de tierra y se ha levantado un perímetro de paneles rojos y blancos que no dejan ver lo que sucede detrás ni tampoco el paso a personas ajenas a la obra en la zona en la que se ubicará la futura estación de metro de Madrid Río.
Las vallas se han colocado en torno al área de juegos infantiles conocida como 'El barco pirata' y ya ha supuesto su clausura, al igual que la de una zona de mesas cercanas. Este extremo es uno de los más comentados entre los vecinos, pues columpio gozaba de gran popularidad entre los más pequeños y, de momento, no se ha informado si será reubicado.
Al igual que en el barrio de Comillas, preocupa el futuro de los numerosos árboles que hay en este punto de la ribera y cuyo futuro podría estar sentenciado por el avance de la ampliación de la L11 hasta Conde de Casal. Comentan los vecinos que algunos de los ejemplares, entre ellos pinos y cipreses de gran porte, formaban parte del antiguo parque de Arganzuela y sobrevivieron al soterramiento de la M-30, pero no tienen claro que vayan a hacerlo a las obras que se avecinan.
Este punto del trazado del futuro de la L11 se podría decir que representa uno de los mayores retos del proyecto, que supera los 558,8 millones de inversión, porque la tuneladora que se adentrará desde Comillas tendrá que salvar tanto el río Manzanares como los túneles de la M-30.
El punto elegido para sortear ambas 'barreras' se localiza a la altura de la pasarela de Arganzuela, el puente cilíndrico de metal que se instaló cuando se remodeló Madrid Río. Obligatoriamente el trazado será aquí más profundo, para salvar el cauce y las infraestructuras de la Calle 30. Se empezará a recuperar pendiente justo en el punto en el que se han desplegado ya las obras: en el paseo de Yeserías a la altura de la intersección con las calles Naves y Valdelaguna.
Este es el punto exacto donde estará la estación de Madrid Río. Según el proyecto tendrá tres niveles, uno de ellos destinado exclusivamente a un gran vestíbulo de 560 m2, al que se bajará desde un templete colocado dentro del parque. Como la de Comillas, también de nueva creación, será totalmente accesible, con ascensores de gran capacidad y escaleras fijas y mecánicas y podría funcionar hacia el cuarto trimestre de 2026, de acuerdo con las estimaciones que hizo la Consejería de Transportes e Infraestructuras de la Comunidad de Madrid antes de iniciar las obras.
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